Las mujeres del mar

   Hace unos días estaba viendo un programa muy entretenido de televisión -aunque suene raro, buscando, todavía queda alguno-, en el que hablaron de un grupo de mujeres valientes y sorprendentes, a las que se denomina ‘Haenyeo’. Este término, que en coreano significa 'mujeres del mar', define a un grupo de buceadoras que bajan a pulmón -sin ningún tipo de máscara de oxígeno-, hasta los 10 metros de profundidad en el mar y que se han convertido en uno de los atractivos culturales más importantes de la Isla de Jeju.

   Esta actividad se remonta nada menos que al año 503 dC, pero lo más increíble de ellas es que su edad va desde los 50 hasta los 80 años, por lo que cariñosamente son conocidas como las ‘abuelas buceadoras’.

   Han cambiado los roles de género que les podían ser atribuidos y fueron las primeras mujeres con un trabajo reconocido a nivel social en su país. Cada día bajan a buscar el marisco y el pescado que da sustento a ellas y a sus familias, aunque por la climatología, desempeñan su actividad durante 3 meses al año, en los cuales, se sumergen entre uno y tres minutos a lo largo de 7 horas diarias y cuando salen a la superficie emiten un sonido muy característico, el Sumbisori, que combina la alegría y el saludo al resto de sus compañeras, pero que sobre todo, les permite inhalar oxígeno y liberar el dióxido de carbono antes de volver a zambullirse.

   Entre las capturas más apreciadas, cabe destacar las ostras ya que en numerosas ocasiones contienen perlas cuyo valor es muy apreciado en los mercados internacionales.

   Su profundo conocimiento del mar y sus plegarias a la diosa del mar para que las proteja durante las inmersiones, han permitido trasmitir esta tradición a través de las familias, y también gracias a las asociaciones y cooperativas de pesca locales.

   De sobra es sabido que además de España, los países asiáticos son los que cuentan con una longevidad mayor, pero en este caso, debo reconocer que nos superan por goleada a la mayoría de nosotras, ¿no estáis de acuerdo?

   ¿Achaques? ¿Menopausia? ¿Aburrimiento? Estoy convencida de que estas mujeres no conocen ninguno de estos términos, y desde luego, a partir de hoy, son para mi un ejemplo a seguir. Y además, me gusta mucho el concepto de grupo, de comunidad, porque el apoyo de unas a otras les hará seguro más ameno su día a día, a pesar de todos los contratiempos que se puedan encontrar, que los habrá, y grandes.

   Y qué orgullosas deben estar sus familias de tenerlas como miembros relevantes y ejemplos vivos de tenacidad, valor, coraje y determinación.

   Tengo una lista muy larga… casi inalcanzable de viajes soñados, pero este sería sin duda uno de ellos, porque me encantaría conocer en persona a estas mujeres, auténticas sirenas, enamoradas del mar que a lo largo de los siglos han contribuido de manera tan notable a la prosperidad de su tierra y que finalmente han logrado su merecido reconocimiento.

   En 2016, las Haenyeo entraron a formar parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

   Me alegro. Pensaré en ellas cuando nade en el mar, porque también lo adoro.

   Un abrazo, amigas!