Un nuevo curso

   He comenzado el mes de septiembre con un espíritu renovado y muchas ganas de comerme el mundo; y estoy muy contenta por ello. Durante los meses de confinamiento y también a lo largo del verano, noté que mi ritmo de actividad había bajado más de lo recomendable y había entrado en una fase de pereza crónica que menos mal que me he quitado de encima.

   Pero esos cambios no suceden solos, ni por generación espontánea. Hay que estar predispuestas a aceptarlos y, sobre todo, hay que arriesgarse a hacer cosas nuevas y buscar nuevos retos. Es el momento de reinventarse.

   Haciendo un análisis personal, tengo que reconocer que he cambiado de etapa sin apenas darme cuenta. Mis hijos han crecido y la decisión profesional que tomé hace años -casi dos décadas- de trabajar desde casa y dedicar más del 70% de mi tiempo a mi familia, ha dejado de tener sentido.

   Porque cuando se habló tanto estos meses pasados del teletrabajo, a mí me pilló con la experiencia adquirida, y es que han sido muchos los años que he desempeñado así mi actividad profesional, con sus pros y sus contras. Obviamente, en la lista de ‘pros’ aparece la conciliación en primer lugar, pero hay un amplio número de ‘contras’ que a veces no se tienen en cuenta. Porque trabajar sola no es fácil. Requiere un autocontrol permanente de tu actividad diaria, te aisla socialmente de los compañeros de trabajo, te obliga a tomar decisiones sin contar con otras opiniones, tienes que imponerte la realización de cursos que te mantengan al día en tu actividad, estás sumergido en horarios caóticos en los que combinas actividades variadas pero que te dificultan hacer cada una de ellas con tus cinco sentidos…

   En muchas ocasiones sientes que no estás al nivel que te gustaría, pero efectivamente, en mi caso me ha servido para cumplir con la misión que me propuse de crear una familia.

   Soy consciente de lo afortunada que soy por encontrarme bien, por no tener problemas importantes de salud, porque al fin y al cabo, es lo más importante. Y por eso, os animo a que salgáis de vuestra zona de confort y os lancéis a probar nuevas cosas… actividades, cursos, deporte, música… aprovechar al máximo vuestro tiempo de ocio, porque cada minuto que gastamos, deja de existir.

   Gracias a esa ‘historia de una puerta’ que os contaba la semana pasada, tengo un montón de proyectos con mi socia, entre ellos, el desarrollo del ‘Club de Cincuentañeras’, que me hace especial ilusión. Reunimos el talento, la experiencia y las ganas de hacer cosas que seguramente no tienen algunas mujeres mucho más jóvenes que nosotras. Otras sí, desde luego.

   Y además, en esta etapa, queremos disfrutar haciendo lo que nos gusta. Ser nosotras las que marcamos el ritmo y el estilo de nuestro trabajo, para sentirnos orgullosas de cada proyecto o iniciativa que llevemos a cabo.

   Os adelanto que estamos trabajando en una web de Cincuentañeras que complementará a este Blog, para ofreceros propuestas y experiencias reales que os hagan disfrutar en el marco de nuestra comunidad.

   Ha llegado la hora de pasar del mundo virtual al mundo de verdad. El que nosotras conocemos y en el que nos hemos manejado hasta que aparecieron en nuestra vida las ‘queridas’ redes sociales, a las que hemos tenido que acostumbrarnos -como a tantas otras cosas-, para no quedarnos atrás y estar al día. Y vamos a necesitar de todo vuestro apoyo, porque sois la razón de ser de este proyecto.

   En los próximos días os vamos a pedir algo personal para que os sintáis aún más involucradas. Os lo contaré en breve.

   Entre tanto, gracias por estar ahí.

   Un abrazo!

Comentarios

  1. Te entiendo perfectamente. Yo hipotequé mi trabajo por cuidar de mi familia, involucrandome a tope en la educación de mi hija, y trabajando desde casa algunas horas. Cuando dejó el insti, me decidí a buscar y trabajar fuera de casa.. Encantada de la vida., una nueva etapa, salir, relacionarte... Todo iba redondo, estaba realizada totalmente a mis 53 años. Pero el 2020 me ha traído un ERTE y un cáncer que ha frenado por ahora mi actividad laboral. Sobre todo por el tema covid que me tiene confinada para no contagiarme. Pero da igual.. Yo nunca he sido brisa, yo soy tormenta y estoy más fuerte que nunca, haciendo más cosas que nunca, más feliz q nunca.... Entre unas cosas y otras los días se me pasan volando, y haciendo mil y un proyecto. Así q no me arrepiento de nada de lo que hice, ni de lo que hago... Vivir

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    1. Querida Anele, te mando toda mi fuerza y espero que este año tan catastrófico termine de una vez para que la vida vuelva a sonreirte con todo su esplendor. Tu actitud es la perfecta, así que seguro que superarás todo... Tenme al tanto de tus novedades porque me encantará saber de tí. Un abrazo!

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